jueves, 3 de julio de 2008

Valores tendenciosos.

Durante la segunda clase del curso, dedicada a la definición del concepto de valor (objeto + valor = bien), se proyecto el siguiente vídeo del programa Herois Quotidians de TV3:

http://www.tv3.cat/videos/440129 (clickar encima para ver el vídeo).

Se abrió un pequeño debate donde se llegó a una especie de consenso (o al menos me lo pareció) sobre que el valor negativo o positivo del uso del lenguaje depende tanto de la intención del receptor como de la sensibilidad del receptor. Por lo tanto se podría decir que en estos casos la tolerancia, entendida como un camino de dos sentidos, debería estar en el justo medio.

Ahora vemaos el siguiente vídeo:


Si he comentado que las palabras tienen el valor que tanto receptor como emisor quieran entender, hay que hacer el mismo proceso con los objetos. El elemento percutor de la situación que se puede ver en la siguiente teatralización es clara: Fatima, una niña musulmán, lleva la hiyab, elemento que la directora del centro no cree correcto que entre en el aula. Ahora vayamos al final de la historia: Fátima accede a quitárselo y entra al aula, donde sus compañeros sí que usan elementos parecidos sin ningún tipo de problema. A priori, que injusticia. Éste es el mensaje que nos quiere mandar el vídeo, la de una niña que ya en su primer día de clase está discriminada por el sistema.

Pero a mi parecer, la intención es peligrosamente tendenciosa. ¿Por qué?. Simplemente porque está igualando el valor del hiyab y las cintas de pelo de sus compañeras, cuando tanto la niña como la directora entienden el pañuelo como un símbolo religioso. Si cada día más nuestro sistema educativo tiene la intención de alejarse de las cuestiones religiosas, estos elementos - el hiyab en el caso del vídeo - no deben entrar en el aula. Alguien podrá decir que entonces los collares con cruces deberían también merecer el mismo trato. La respuesta es sí, sin lugar dudas siempre y cuando conlleve el llevarlo un significado que vaya más allá del meramente estético. Así igual con gorras, collares, pulseras y todo ese largo etcétera de complementos que nuestros alumnos suelen llevar (personalmente no me molestan, me preocupan más otros temas como que sean respetuosos, participen etc.).

Aunque no entedamos la situación, porque en el fondo, nuestra noción de respeto pueda pasar por dejar llevar a Fátima su hiyab - signifique lo que signifique - nos debemos a un sistema (educativo) en el cual participamos libremente y del cual debemos por lo tanto respetar sus normas.

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